Fisioterapia según el concepto Bobath

Dirigida por Araceli Gómez fisioterapeuta master en neuro-rehabilitación por la UCAM, terapeuta Bobath pediátrica y adultos con número de colegiada: 3792

Se realizan tratamientos basados en una atención individualizada los cuales se ajustan a las necesidades de cada uno y a su constante reevaluación, pero siempre desde una visión global de la persona teniendo en cuenta su estado físico, cognitivo y social.

Para ello se ha establecido una dinámica de trabajo, basada en el concepto Bobath: concepto del tratamiento del neurodesarrollo. El abordaje desde el Concepto Bobath pretende modificar los patrones de tono postural atípico y facilitar patrones de movimiento más óptimos, como preparación para una variedad más amplia de habilidades funcionales.

Se hace hincapié en la modificación de los patrones anormales de postura y movimiento y en estimular/facilitar la mayor variabilidad posible de patrones motores básicos (control de cabeza y tronco, apoyo de los brazos, reacciones de equilibrio…) buscando ayudar al niño a adaptarse a las demandas del entorno. Con la modificación de estos patrones se regula el tono muscular y se ofrece la posibilidad de moverse con más facilidad y menos esfuerzo. Además, se utilizan técnicas especiales de manejo del niño y de conducción de sus respuestas para que se estimulen y desarrollen patrones de ajuste al movimiento. De esta manera se ganan experiencias sensoriomotoras óptimas para aprender y practicar las diferentes actividades funcionales.

Durante las sesiones se crea un ambiente lúdico, de juego, dónde se hace participes a padres y/o cuidadores, de forma que se busca la motivación y la predisposición del niño para aprender, en todo momento. Además, la participación de los padres y/o cuidadores en las sesiones permite que la fisioterapeuta les ofrezca estrategias y pautas para mejorar la funcionalidad del niño en el entorno doméstico, a la vez que adquieren habilidades para el manejo del mismo.

Se prepara al niño para actividades como: vestirse, comer, beber, voltear, caminar, escribir… dándole los patrones motores necesarios para ello. No se enseña al niño a realizar estas habilidades como pueda a pesar de la presencia de espasticidad o tono fluctuante. Al contrario, se realiza una preparación específica para habilidades funcionales para que sea capaz de moverse de la manera más eficiente posible.