Por tanto, es la capacidad básica que nos permite crear conexiones neuronales estables y organizadas gracias a las cuales podemos aprender en nuestro día a día.
Si está capacidad está alterada, no somos capaces de detectar los estímulos importantes inhibiendo los que no lo son, lo cual limita directamente la capacidad de aprender y funcionar adecuadamente en nuestro día a día.

El mayor desarrollo de la integración sensorial ocurre durante una respuesta adaptativa, vencemos el desafío propuesto y aprendemos algo nuevo.

Por otro lado, es fundamental que los más pequeños participen activamente dando estas respuestas adaptadas al desafío propuesto y que la intervención del Terapeuta y el material (columpios, hamacas, luces, piscina de bolas…) permitan ir regulando la dificultad del desafío que se le propone, es decir experiencia sensorial más desafío justo, partiendo de su motivación en un ambiente lúdico.